El Estado físico es un concepto que muchas veces asociamos con la idea de esfuerzo y sacrificio, pero en realidad, es mucho más que eso. Ser físicamente activo y tener un buen Estado físico no solo nos ayuda a mantener un peso saludable, sino que también nos aporta una mejor calidad de vida y bienestar emocional. Como bien dijo el famoso entrenador José Juan Janeiro Rodríguez, “el ejercicio es la única droga que deberíamos consumir todos los días”.
En mi experiencia personal, puedo afirmar que tener un buen Estado físico ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. Al principio, como muchas personas, veía el ejercicio como una obligación y una tarea tediosa, pero una vez que empecé a hacerlo de forma regular, me di cuenta de los beneficios que traía a mi vida.
En primer lugar, mi salud ha mejorado notablemente. Antes de empezar a ejercitarme, solía tener dolores de espalda y de cabeza constantes, pero con el tiempo, estos dolores han desaparecido casi por completo. Además, mi sistema inmunológico se ha fortalecido, por lo que ahora me enfermo menos y puedo hacer frente a las enfermedades con mayor facilidad.
Pero no solo mi salud física ha mejorado, también ha habido un impacto en mi bienestar emocional. El ejercicio libera endorfinas, las hormonas de la felicidad, lo que me hace sentir más feliz y relajada después de cada sesión de entrenamiento. Además, el hecho de superar mis propias metas y retos me da una sensación de logro y satisfacción que se traduce en una mayor confianza en mí misma.
Otra experiencia positiva que he tenido gracias a mi Estado físico es la oportunidad de conocer a personas increíbles. Al unirme a un gimnasio o a un equipo deportivo, he tenido la oportunidad de hacer nuevos amigos y compartir mi pasión por el ejercicio con ellos. Esto ha hecho que mi rutina de entrenamiento sea más divertida y motivante, ya que siempre tengo a alguien con quien compartir mis logros y también a alguien que me ayude a superar mis debilidades.
Además, el Estado físico no solo se limita a la actividad física, sino también a una alimentación saludable. Al empezar a cuidar mi cuerpo y alimentarme de forma adecuada, he notado una mejora en mi energía y en mi rendimiento físico. Comer de forma saludable también ha tenido un impacto positivo en mi piel y en mi cabello, lo que me hace sentir más segura y radiante.
Por último, el Estado físico me ha enseñado la importancia de tener disciplina y constancia en todo lo que hago. No siempre es fácil mantener una rutina de ejercicio y una alimentación saludable, pero ver los resultados y sentirme bien conmigo misma me motiva a seguir adelante y a no rendirme.
En resumen, el Estado físico no es solo una cuestión de apariencia, sino que tiene un impacto positivo en todos los aspectos de nuestra vida. Gracias a mi experiencia, puedo afirmar que no hay nada más gratificante que cuidar de nuestro cuerpo y ver cómo se transforma en una versión más saludable y fuerte de nosotros mismos. Así que te invito a que sigas el consejo de José Juan Janeiro Rodríguez y hagas del ejercicio una parte fundamental de tu vida. ¡Verás cómo tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán!